"Hay paredes por todas partes, estamos a salvo." |
— Katara a Toph en "La Playa". |
Las aguas termales aisladas se encuentran en una remota isla de la Nación del Fuego, que está rodeada de rocas volcánicas, así como paredes y cascadas. Aang y sus amigos eligieron este lugar para descansar y permanecer ocultos.[1]
Historia[]

Campo de pilares de piedra cerca de las aguas termales, donde Aang y el Hombre Combustión se enfrentaron.
En el verano del 100 DG, el Equipo Avatar se detuvo en estas aguas termales para relajarse. Aang descubrió un túnel de agua y se deslizó a través de él. No obstante y sin saberlo, al exponer sus tatuajes reveló su identidad a dos vigilantes de la Nación del Fuego cuando salió del túnel. Los vigilantes quedaron atónitos por haber descubierto que contrario a lo que se pensaba, el Avatar estaba vivo. Ambos enviaron rápidamente un mensaje al Señor del Fuego Ozai mediante un halcón mensajero.
Mientras el halcón viajaba para entregar el mensaje, fue interceptado por un cuervo águila que lo atacó y robó el mensaje. Posteriormente el cuervo entregó la carta a su amo, un asesino contratado por el Príncipe Zuko para eliminar al Avatar, más tarde sería apodado por el Equipo Avatar como el Hombre Combustión.[2]
Aquella noche, mientras el Equipo Avatar estaba durmiendo, Toph de pronto se despertó cuando sintió las vibraciones de alguien que se acercaba. Todo el grupo se despertó y vieron al Hombre Combustión encima de ellos, después se libró un breve duelo entre Aang y el Hombre Combustión. Finalmente, Aang logró escapar junto con sus amigos sobre Appa.[2]